REFLEXIÓN: LA MUERTE
Mi historia comenzó antes de nacer; en realidad, siempre he estado y siempre estaré, aunque ahora no lo pueda recordar, al igual que todos los humanos.
Somos consciencia que percibimos nuestro entorno y que a la vez se percibe a sí misma dentro de una historia y un cuerpo. Pero nosotros no somos ni la historia, ni ese cuerpo, como tampoco somos nuestros pensamientos.
De acuerdo con lo que nos han enseñado, estamos compuestos por materia física, de la cual no podemos escapar. Y cuando ésta desaparezca tú también lo harás. Pero esto no es así. La materia física algún día se desintegrará pero nosotros no.
Nuestros padres y seres queridos, cuando se van parecen desaparecer ante nuestros propios ojos y desvanecerse en la nada para siempre. No obstante, ellos continuarán viviendo, ya que la muerte no es más que otro principio más y que cuando estes muerto no estarás en silencio, aunque no te puedan oir desde el lado en que ahora te encuentras.
La muerte no existe. Al que no ves ahora no se ha ido, sólo que ya no tiene un cuerpo físico.
Tu siempre fuiste y siempre serás. Este es el significado de la existencia y el deleite de ser un Ser Infinito. Tenemos los mismos atributos de Dios. Existimos y nunca dejaremos de existir. Podemos cambiar de forma, de lugar y la única constante eterna que vamos a mantener es la del cambio. Nunca dejarémos de evolucionar. Todo el Universo no es sino cambio, actividad y proceso. Nada en el Universo se queda estático.
El Dios que ES se haya dentro de TI, puesto que tú eres parte de TODO lo que ES. Y Dios ES, SERÁ Y NUNCA DEJARÁ DE SER.
Entonces comprenderás que tú no puedes morir, porque Dios no puede desaparecer. Nada se pierde, todo se transforma. Eres un Ser Inmortal, porque tu Esencia es Divina.
En la existencia no puede existir el concepto de la no existencia.
Tu consciencia es energía y como ya sabes, nada desaparece, todo evoluciona, todo se transforma. Esto lo estudiamos en física cuando ibamos al colegio.
La muerte no es más que una etiqueta creada por nuestro desconocimiento.
Nuestro cuerpo es únicamente un vestido que utilizamos temporalmente para expresarnos en el plano físico, pero cuando ya es inutil, cuando ha cumplido su misión o se deteriora, se deshecha y vuelve a los elementos de la tierra, de la que se formó originalmente, no se pierde ni desaparece. Vuelve a ser reciclado.
En cuanto a nosotros, lo que sucede es que nos despojamos de esa vestidura que se vuelve inservible, porque ya cumplió el propósito por el que vinimos. Por lo tanto, si estas triste, date cuenta de que no has perdido a tu ser querido, solo has perdido el abrigo en el cual él estaba envuelto. Quien se marcho no es el ser que tú amabas, porque el ser que tú amabas no es el vestido.
El Yo que creemos que somos tampoco se pierde. Él evoluciona, crece en comprensión y en entendimiento. Se transforma. La Consciencia nunca se pierde. La muerte no existe como tal. Somos energía inteligente, energía con Consciencia. El cliclo natural es: nacimiento, muerte y renacimiento,en una forma o sin ella.
Lo que consideras tu vida, es mucho menos que un día en tu verdadera existencia.
Tú sabías antes de nacer, antes de entrar en un cuerpo físico, que al terminar el período de vida como humano, no ibas a ser aniquilado. Así pues, uno entra con la confianza de ser un ser continuo y eterno. Es solo que cuando estamos ya dentro de un cuerpo, en la realidad física, entonces lo olvidamos y no te sientes ya seguro de que vas a continuar.
La muerte, tan temida por muchos y esperada por otros, no es el final de la vida, sino una transición de un estado a otro.
Lo extraño es que al ser algo tan natural, evitemos hablar de ello y no nos preparemos, ignorando lo que va a suceder.
Una muerte no es más que una noche para el alma. La vida y la muerte no son sino dos caras de tu existencia eterna y siempre cambiante. No tiene sentido pensar, que has sido equipado con una cierta cantidad de energía, que lleva a cabo un propósito y luego muere. En vez de eso, te estás recreando a ti mismo nuevamente a cada instante, en cada nueva existencia, o simplemente permaneciendo como alma.
Viviste antes y vivirás de nuevo. Y tu nueva vida emanará de la vieja y crecerá en ella y estará contenida en ella como la semilla vive dentro de una flor
La mente no vive en el espacio ni en el tiempo. Ella no necesita un cuerpo. Vestir un cuerpo es una decisión para experimentar la vida de cierta manera. Y la experiencia continua, ya sea en esta vida o en otra y con cuerpo o sin cuerpo y nunca termina.
Los accidentes no existen. Nadie muere por ningún concepto sin que esté preparado para morir. Esto se aplica tanto a la muerte por una catástrofe, por una enfermedad, como en cualquier otra circunstancia. Nosotros mismos elegimos la forma en que vamos a morir, así como también el momento. Aunque no estemos conscientes de ello. Elegimos en que familia vamos a nacer, así como también en que lugar lo haremos. Incluso también escogemos nuestro signo zodiacal. Nada de esto se maneja al azar. Nada de esto es de manera casual. Antes de ésta vida física, nosotros mismos escogimos las circunstancias de nuestro nacimiento y los desafíos que mejor podrían aportarnos desarrollo. Los acantecimientos que suceden en nuestras vidas no son casualidades, son parte del aprendizaje necesario para llegar a ser quienes vinimos a ser. Quienes murieron de forma dramática en un accidente o en una guerra, se fueron tempranamente al poco tiempo de haber nacido, ya venian con un propósito. Ellos decidieron venir aquí para ayudar, para participar. Todo está integrado. Todo esto fue decidido con anterioridad. Tenemos una fecha de nacimiento y una de muerte.
Es absolutamente cierto que todos moriremos. Lo que resulta incierto a nivel consciente es cuando y donde moriremos.
No temas a la muerte. ¿Qué puede pasar? ¿Que perdamos el cuerpo físico? No pasa nada. Hay mucho más después. Lo que existe después de la muerte, dejó de ser un misterio. Para muchos la muerte es una liberación. Para el que transciende a lo no físico es una delicia, una celebración. Esa Consciencia deja atrás las preocupaciones, las dudas, el miedo. Se libera del foco de su cuerpo. Todos los pesares desaparecen. Los deja atrás junto con el cuerpo. Alcanza la claridad, resurge en la energía que realmente es y comienza a sentir la vida en todo su esplendor, sin limitaciones. Allí es realmente quien ES. Allí vibra en Amor Incondicional y le embriaga una felicidad que no conocemos aquí en la Tierra.
Aquellos que tuvimos una experiencia cercana a la muerte, contamos que nos sentimos tan bien que muchos ya no querían regresar.
El Ser verdadero se halla libre de espacio y de tiempo. Los que llamamos muertos se mantienen muy ocupados en sus actividades, que son muy variadas, haciendo lo que más les gusta como seres no físicos. Ellos te perciben y gustosamente te envian señales para que los puedas contactar. De hecho, siempre lo hacen. Te ven, te sienten. Pero tú con tus bloqueos de la Tercera Dimensión no los logras percibir. No te aflijas por ellos, por los que partieron antes, por los que partieron al amanecer. Tu tristeza es por que ya no los ves como antes los solías ver. Ya no los puedes tocar, ni sentir como solías hacer. Pero tu pérdida es sólo un hecho aparente. Ellos no te han dejado.
Lo que ocurre es que nuestra Consciencia durante el estado de vigilia, está concentrada en el mundo físico, el mundo de las formas, el único que nuestros sentidos físicos pueden percibir. Pero durante el sueño, nos reunimos, aunque no lo podamos recordar. Ellos están aquí, en todas partes. Incluso a tu lado. Porque no existe lugar, ni tampoco hay tiempo. Ellos te pueden observar. Aunque generalmente, se mantienen muy ocupados. Ellos no se han ido, aunque tus ojos físicos no los puedan ver. Ellos están aquí y allí y te están esperando. No puedes privarlos de saber de ti. Solo tú te puedes privar de saber de ellos. Esa tristeza que puedes estar sintiendo, ellos la pueden percibir, aunque no entienden del todo la razón. Lo mismo ocurre con tu alegría. Porque si bien no pueden saber todo lo que te está ocurriendo, tus emociones las pueden percibir muy bien. Te aseguro que esa conexión que existe marcada por el amor, nunca dejará de existir y ellos nunca dejarán de ser parte de ti.
Cuando un alma decida reencarnar, generalmente decide hacerlo junto con otras almas que compartieron otras vidas. Aunque pueden también decidir regresar sola, para experimentar emociones diferentes.
El entorno que existe despues de la muerte es más intenso, alegre y placentero, que el que conocemos en nuestra existencia como humanos.
Tu personalidad actual, como la concibes, es indeleble y después de la muerte, continuará creciendo y desarrollándose. En realidad no hay separación entre lo que es físico y lo no físico, y si prestas suma atención, comprenderás que tú no estás viviendo realmente en este cuerpo físico. Es tu Consciencia la que está enfocada.
LA VIDA ES SIN FIN. ES ETERNA
-MARA-