NIÑOS INDIGO
Los niños INDIGO vienen a elevar la energía del Planeta y de sus habitantes. Son quienes ayudarán a trascender a la Tercera Dimensión a la Cuarta, para ello tienen que trabajar en el cambio de conciencia de los seres humanos que siguen actuando bajo normas, preceptos y estructuras ya caducas. Esto implica realizar cambios en todo el sistema, en la familia, la educación, las formas de gobierno, los valores, los roles. Todo lo que por caduco estorba tanto para el desarrollo del ser humano, como para el planeta entero.
Los niños INDIGO son sanadores por excelencia, ellos tienen la capacidad de drenar, equilibrar y elevar la energía de quien lo rodea.
Su frecuencia vibratoria les permite sanar utilizando solamente su energía. Al principio ellos no saben que pueden hacerlo, pero actuan instintivamente en ello. Todos ellos son sanadores sin excepción.
Esta filosofía o misión puede sonar bonito, pero no es una tarea fácil ni para los niños ni para los padres, que continuamente se verán sometidos al enfrentamiento de su propia realidad, desarrollándose una enorme confusión, sobre todo en la educación de los niños, ya que pocos estarán preparados para esto, solamente los padres de los niños INDIGO que tengan una conciencia diferente, un cierto grado de evolución, podrán hacerlo bien, ya que podrán comprender al nño, su misión y le ayudarán a llevarla a cabo sin obstaculizar.
NORMAS PARA SABER CRIAR A UN NIÑO INDIGO
A los niños índigo no se les debe avergonzar, ni culparlos, ni mentirles. Por el contrario hay que preservarles la auto-estima. Se les debe brindar la posibilidad de elegir y, al mismo tiempo, evitar la comparación.
Deben recibir disciplina sin emoción. Hay que estimular su excelencia, más no la complacencia entre individuos. Y además, involucrar el buen humor.
Hasta EL PRIMER AÑO DE VIDA: Los vocablos esenciales son amor, afecto y atención. A los bebes hay que tocarlos, abrazarlos, proveerles de mucha seguridad y además, jugar con ellos.
Entre EL PRIMER Y SEGUNDO AÑO: Hay que resaltar los términos libertad, respeto y estímulo. Durante esta etapa se prueba el desapego a los padres. No hay que condicionarlos a través del temor. Hay que evitar que el niño conecte el dolor como sinónimo de malo, de debilidad. De lo contrario no habría espacio para el crecimiento espiritual.
Entre LOS DOS Y CINCO AÑOS: Merecimiento, explorar y aprobar, son las palabras claves, época de transición entre YO SOY y el YO PUEDO. Si le reprimimos el sentirse poderoso no se logrará que sea un adulto capaz de enfrentar cualquier reto.
Entre LOS CINCO Y OCHO AÑOS: El niño ya asimila conceptos mas abstractos. Por ello hay que manejar el término dar, compartir, aceptación, verdad y no juzgar. A ellos les encanta compartir cuando sienten amor. Si se les enseña que para dar tienen que perder algo, entonces no aprenden el verdadero significado de dar. En cuanto a la verdad, deben aprender que va acompañado de un sentimiento agradable y no como ante sala a un problema, en caso de ocultarla.
Entre LOS OCHO Y DOCE AÑOS: El niño ahora convertido en adolescente, requiere que los padres manejen términos como la experiencia, la responsabilidad y el estar alerta. Los que aprendieron las lecciones de la crianza espiritual, entonces reflejarán la confianza de sus padres. De lo contrario, se encontrará confuso, cederá a las presiones amistosas y buscará experiencias indiscriminadas.
Estos niños no funcionan con los métodos de enseñanza tradicionales. Por el contrario "aprenden de forma reflectiva y participativa", mas no mediante la memorización. Por ello no extraña que a muchos de estos niños maravillosos se les califique como niños problemas, ya que se dispersan con gran facilidad durante las clases.
El niño INDIGO se revelará ante la disciplina y la autoridad. Todo deberá ser razonado con él y pedirle su opinión.
TAROT SABIDURIA METAFISICA -MARA-